FAVORECER LA AUTONOMÍA PERSONAL DE LOS/AS NIÑOS/AS
Enseñarle hábitos y destrezas de autonomía e incentivarle a que las practique en el día a día. Los hábitos de autonomía constituyen algo indispensable para los niños, favoreciendo su desarrollo.
Cuando queremos que un niño aprenda un comportamiento debemos formular un objetivo y definirlo concretamente, por ejemplo: "quiero que el niño aprenda a comer sin levantarse de la mesa", es mucho más correcto que decir: "quiero que el niño coma de forma correcta y civilizada".
Nunca debemos poner un objetivo por encima de las posibilidades del niño. Hay que evitar errores por exceso y por defecto, es decir, no exigirle más de lo que puede pero tampoco menos de lo que es capaz.
Hay que ofrecer al niño oportunidades de practicar aquello que se desea que haga, aún cuando inicialmente suponga un mayor esfuerzo y mucho más tiempo y paciencia que si la tarea fuese resuelta por el adulto. En muchas ocasiones por las prisas y para ganar tiempo se priva a los niños de la oportunidad de aprender y de realizar las cosas por si mismo. Para la instauración de un hábito es sumamente útil aprovechar el deseo espontáneo de los niños ayudándoles a realizar la acción a fin de que la lleven a cabo lo mejor posible y felicitándoles luego por el éxito obtenido; lentamente, a medida que sus movimientos sean más precisos y coordinados se podrá retirar la ayuda y al cabo de un tiempo se irán manejando hábilmente por si solos. Si el niño no manifiesta un comportamiento inicial que implique colaboración, iniciaremos nosotros la enseñanza del hábito, mostrándole qué es lo que se esperaba que hiciera, mediante un modelo a imitar. Por ejemplo: "coge el peine de este modo y deslízalo, i”Lo haces muy bien"!
Si la limitación de tiempo es un impedimento para ofrecer la oportunidad al niño de aprender y como es imprescindible que practique, se puede optar por comenzar el entrenamiento los fines de semana, sin prisas por causa del trabajo o la escuela, y lentamente hacer que esto se generalice a la vida diaria, aprovechando los períodos de fiesta o vacaciones para afianzar aquello que vaya aprendiendo. Busquen cada día algún tiempo, por corto que sea, para dedicar al niño su atención y enseñarle a hacer algo de forma adecuada (recoger una prenda, ayudar a poner la mesa, etc).
Si queremos que las habilidades adquiridas se mantengan debemos gratificarlas o premiarlas; si nuestro hijo recoge un día su habitación y le entregamos un cromo de su colección favorita, le mostramos nuestra alegría y lo hacemos de forma sistemática, es muy probable que aumente sus conductas de colaboración; si el niño colabora en tareas del hogar y le demostramos alegría por su ayuda, y esto lo hacemos de forma sistemática, es muy probable que aumente sus conductas en sucesivas ocasiones. Las consecuencias de nuestros actos influyen siempre en la posibilidad de que éstos se repitan. Cuando un niño se acuesta a la hora estipulada y sus padres le reflejan su satisfacción, besándole en la cama o diciéndole i”qué mayor eres”!, i”qué contentos estamos”!, ... es probable que el niño no busque la atención de sus padres por otros medios.
Ángeles. Psicóloga y madre
Hola Ángeles!: Ciertamente es una realidad, todo lo que nos explicas, es una verdad muy grande. Curiosamente este fin de semana, nuestro peque, cuando estábamos preparando la comida, a él le encanta ayudar, tiene 4 años y con esta edad ahora se muestra mas receptivo a la hora de realizar una pequeña tarea como la de poner la mesa, o preparar su ropa para el baño y recoger después la que se quitó sucia, ya se viste él sólo y procuro que todos los días lo pueda hacer aunque tenga que ir al cole. Además en cuanto a sus hábitos, yo creo que la rutina, marcada en estos peques, porque les encanta la rutina, no salirse de ella, se peina, se lava la cara y las manos y se cepilla los dientes después de cada comida...él solito, désde la primera vez en la que todo empezó como un juego, establecimos ese hábito y no le gústa olvidarse... A veces intento jugar con él al despiste, jejejejeje, pero él muy serio es quien me replica:"mami, si no me puedo acostar sin cepillarme los dientes". A partir de aquí, procuro que todo sea ameno, sin agobiarle, pero me sorprende todo lo que aprenden y qué rápido, son auténticas máquinas...pero.... cuidado.... a veces...las cosas no siempre serán como queremos y...pueden surgir problemillas, como el que me sucedió a mí cuando intenté quitarle el pañal cuando apenas tenía los dos años y medio... aprendió muy bien a hacer el pipi y sabia muy bien cuando y dónde se hacía, el problema, vino después, con las cacas...la misma táctica no le vino bien ni al niño ni a nosotros, sus padres...pero este problemilla ya te lo comentaré otro día, hoy ya me extendí un poco....
ResponderEliminarMuchas gracias por tus consejos y querer compartir tu sabiduría con tod@s nosotr@s. Una vez más tu post me ha encantado.
Un saludo afectuoso.
Belenuka, me alegra saber que cuando las cosas se hacen correctamente, hay muchas probabilidades de éxito. Tu lo estas comprobando con tu peque. Continúa así y recogeras muchos frutos. Tienes un peque muy lindo.
ResponderEliminarEl mio también tiene 4 años y es todo un hombrecito, muy responsable y colaborador; aunque, como tu dices algunas veces hay cosas que se nos pueden escapar.
un saludito