sábado, 4 de abril de 2009

Entre recetita y recetita, vamos a hacer boca con otra receta pero en este caso sobre educación. Para aquellas mamás y papás que quieran aprender a hacerlo cada día mejor.

• ESTABLECER NORMAS Y VALORES CLAROS
Las normas deben ser muy claras, estar bien definidas y ser adecuadas para su edad, para que sepa qué debe hacer en cada momento y sepáis cómo evaluar su conducta. Para ello es necesario que los padres hablen entre sí del tipo de estrategia educativa que quieren adoptar y de cuáles son los comportamientos y características que desean fomentar en sus hijos y los que desean eliminar.
Es muy importante que los límites estén bien definidos, pues le ayudan a medir sus conductas y le sirven de guía a la hora de tomar decisiones sobre sus modos de comportarse. Mientras más claras y precisas sean las reglas menos lugar a confusiones, discusiones y desacuerdos. Deben comprobar que el niño entiende perfectamente lo que se espera de él, es decir, no le diremos "pórtate bien" o "a ver si ayudas más" sino que le daremos instrucciones concretas: "lleva tu ropa sucia a su sitio".
Una vez que queda establecida una norma, debemos ser consecuentes y ser capaces de hacerla cumplir. Las órdenes deben ser consistentes. Si se da una orden debe ser siempre igual: "iNo se ven dibujos antes de desayunar!" (y no decirle: "Bueno, mira los dibujos antes de desayunar, pero solo hoy"). No contradictorias unas con otras. Los niños aprenden una norma si se cumple, si una orden depende del día no es una norma y si hay motivos variables que la modifican, los niños también buscarán motivos para variarlas a su antojo.
Si cumple lo ordenado se refuerza (besos, alabanzas...); el refuerzo también puede ser material (darle un juguete, una golosina, etc.). Si no cumple lo ordenado avisarle del castigo que tendrán que ponerle y si aún así no realiza lo acordado hacerle cumplir el castigo antes notificado.

• NO ACTIVARLE CON SU COMPORTAMIENTO
Muchos niños demuestran tener mucha facilidad para activarse y mucha dificultad para inhibirse y controlarse; son más vulnerables a las exigencias del entorno por lo que si el entorno es estresante (gritos frecuentes, ambiente desorganizado,...) es muy probable que su inestabilidad se manifieste en forma de reacciones de falta de autocontrol.
Es aconsejable:
1. No gritarle. Con esto lo que se consigue es alterarle y hacer que se acostumbre a que un grito no implica mayores medidas de disciplina.
2. Darle la consigna de lo que debe hacer una sola vez, en todo caso dos por si no nos ha oído, si aún así no responde ir a buscarle sin gritar y obligarle a hacer lo que se le ha pedido.
3. Asegúrense de que su hijo le está atendiendo. Hay que establecer contacto visual. Deben convertir en una costumbre que el niño les mire a los ojos cuando le están hablando. El contacto visual es una habilidad de concentración y ayuda a cualquier niño a procesar mejor las instrucciones. Al niño al que se le permite estar mirando a cualquier parte mientras la madre o el padre están dando instrucciones, con frecuencia tienen que luchar en contra de la desobediencia.
4. Antes de dar una orden reduzcan los estímulos distractores. No intenten mandarle algo mientras está puesta la televisión, el video o el equipo de música. Antes de dar la orden, apaguen el aparato o pídanle al niño que lo apague.
5. Pidan al niño que repita la orden cuando no estén seguros de que la ha oído.
6. Fijen plazos de tiempo. Den un plazo de tiempo concreto en el futuro inmediato. No digan: "Antes de la cena tienes que arreglar la habitación". Es preferible que esperen a la hora en que debe hacerse ese trabajo y digan: "Es hora de que recojas tus juguetes. Tienes diez minutos para que esté hecho. Voy a poner el reloj en marcha. A ver si puedes ganar al reloj".
7. No darle demasiadas órdenes al mismo tiempo, pues se liará y no hará ninguna.
8. Dejen claro que lo dicen en serio. No den nunca una consigna si no tienen intención de llegar hasta el final.
9. No formulen la orden como una pregunta o favor. Formulen la orden de forma simple, directa y con autoridad. No hace falta que lo digan chillando, basta con que sean directos y firmes.
10. No razonar en exceso sus demandas. Se razona una vez y si no se cumple, se le pide que lo haga sin más contemplaciones.


La constancia y la consistencia son algunas de las claves a tener en cuenta a la hora de poner en práctica alguna pauta educativa. Paciencia!!
Ángeles. Psicóloga y madre

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, pero a veces se me escapa algún grito. Tengo que aprender a controlarme más y ser más paciente.
    Saludos.

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  2. Hola Palomitas de Maíz, primero darte las gracias por tu comentario y la recomendación de tan interesantes libros, haré todo lo posible para hacerme sino con los dos, al menos con uno. Y ahora darte las gracias también por enseñar tus conocimientos a través de esta inmensa ventana; todos los artículos que he ido leyendo por ahora, me encantan y resultan interesantes para llevar a la práctica, tengo un peque de 4 años, cumplirá los cinco en octubre y es...una pasada, ya te contaré más a menudo, pues pienso leerte siempre que pueda.
    Un saludo y gracias nuevamente.

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